Paul McCartney
confeso hace algunos días que casi abandona una prometedora carrera en el mundo
del espectáculo por su “miedo escénico”.
El cantante admitió que en una ocasión, en medio
de un concierto de los Beatles en Wembley, se sintió tan enfermo por los
nervios que se planteó la idea de renunciar.
Dijo
que otro de los miedos de su juventud había sido ser “golpeado por uno de los
pandilleros” que deambulaban las calles de su ciudad natal de Liverpool.
Estas
interesantes revelaciones las dio a conocer el músico cuando una admiradora rusa, a través
de su página oficial, le pregunto “cuales
habían sido los grandes temores de su vida y como los supero”.
A
pesar del miedo escénico y el terror que le producían los patoteros, McCartney
dijo haber “perseverado” y actualmente sigue llenando estadios alrededor del
mundo entero.
Admitió
que aún siente cierta ansiedad antes de sus conciertos por lo que suele acordar
con los promotores un solo show. Si éste se vende, asume que todavía le gusta a la gente.
Bajo
esta premisa es que McCartney logra relajarse y disfrutar del show.
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