El pasado ocho de diciembre, se
cumplieron 35 años de la desaparición física de John Lennon.
Lennon murió justo en el momento en el que
había dado por terminado su retiro voluntario de más de cinco años y se disponía
a regresar con un nuevo disco llamado “Double Fantasy”.
Su asesinato dejó una estela de dolor y
asombro pocas veces vista en el mundo ya que con su muerte, absurda y violenta,
terminaba el sueño de ver a los Beatles reunidos una vez mas.
Lennon fue muchas cosas; desde idealista,
humorista, filosofo, a escritor, músico y compositor pero sobre todo era un ser
humano normal con sus frustraciones y contradicciones.
Fue indiscutiblemente el líder de los Beatles
porque en definitiva fue quien eligió a quienes lo acompañarían en aquel viaje
mágico y misterioso el que se convertiría la Beatlemania.
Cuando encontró a Yoko Ono, en 1966, Lennon se
desligo de su condición de superestrella para concentrarse en la lucha por la
paz y fundar una familia.
En 1980, con su hijo Sean sólidamente establecido,
Lennon decidió que era el momento “de regresar”.

El anuncio del regreso de Lennon era reseñada
diariamente en las agencia noticiosas de todo el mundo y su rostro comenzaba a
adornar las portadas de los diarios y las revistas más prestigiosas del
planeta.
Lamentablemente todo este gran entusiasmo se truncó violentamente la
noche del 8 de diciembre de 1980 cuando un desequilibrado mental puso fin a su
vida en las puertas de su residencia en la ciudad de nueva york.
En nuestro programa de hoy les
narraremos las secuencias de este fatídico día La mañana del ocho de diciembre
de 1980 comenzó temprano para John Lennon.
A las 7:30 el Beatle desayuno en uno
de sus lugares favoritos como es el Café Fortuna que quedaba a pocas cuadras
del edificio Dakota donde residía.
Después de entregarle al dueño del
establecimiento una copia autografiada de su último disco, “Fantasía Doble” John
visito una barbería donde le pidió a uno de los empleados que le cortaran el
pelo al mejor “estilo de los cincuenta”.
A las 10.50 a.m el cantante se encontraba
nuevamente en su apartamento donde recibió la visita de unos periodistas de una
estación radial norteamericana que querían conocer los pormenores de su más
reciente trabajo discográfico.
La entrevista, la última que daría en su vida,
rebosaba de humor y optimismo, y denotaba una falta absoluta de rencor hacia los otros ex Beatles y
su pasado con la agrupación más grande de todos los tiempos.
Lennon parecía estar, finalmente en paz,
consigo mismo y con su legado musical.
Mientras tanto, a pocas cuadras de ahí, en una
de las habitaciones del hotel Sheraton de Nueva York un individuo llamado Mark David
Chapman se preparaba para repetir lo que lo había mantenido ocupado las dos últimas
semanas.
La única diferencia era que ese día, 8 de
diciembre de 1980, Chapman estaba resuelto a ejecutar el plan que tantas veces
la había ordenado “la gente pequeña”
que vivía en su cabeza que no era otro que asesinar a John Lennon.
![]() |
Mark David Chapman |
Para ello tomo una biblia, una copia del álbum
“Double Fantasy” y un revolver calibre 38 que había comprado meses antes en una
armería en Hawái.
Chapman había estado merodeando las
residencias Dakota durante tanto tiempo que se había vuelto una cara familiar
entre los guardias de seguridad y el personal administrativo del edificio.
Había trabado amistad con un fotógrafo
llamado Paul Goresh y con algunas admiradoras de Lennon que se apostaban
regularmente en la calle para intentar saludar al ex Beatle.
En su recorrido hacia las residencias Dakota, Chapman hizo un alto en
una librería para comprar un bolígrafo y una copia de la novela “Catcher in the
Rye” del recientemente desaparecido autor J.D. Salinger que durante años había
estado leyendo y releyendo hasta el punto que se creía una reencarnación de su
protagonista, Houlden Coulfield.
En su cabeza se apostaban unos “hombres
pequeños” y unos “hombres grandes” que regían los destinos de su vida.
A un cuarto para las once de la mañana
Chapman llego finalmente a las residencias Dakota donde fue cordialmente
recibido por el portero.
Minutos después Lennon salió de un taxi y entró
por la puerta principal sin ser visto por Chapman que se encontraba entretenido
leyendo su novela recostado en una de las paredes laterales de la propiedad.
Después de almorzar junto a su familia
Lennon, se dispuso a recibir a Annie Lievobitz, una fotógrafa de la revista Rolling Stone con la cual tenía prevista una sesión fotográfica que se prolongó
hasta las 3:30 de la tarde.
El ex Beatle se empeñó en posar desnudo sobre
el cuerpo vestido de su esposa, Yoko Ono, sin saber que aquella imagen se convertiría
en la caratula del número inmediatamente posterior a su muerte para consternación
de todos de sus lectores que simplemente no podían creer que John Lennon ya no
se encontraba entre nosotros.
A un cuarto para las cuatro de la tarde, después de finalizada la sesión
fotográfica, Lennon llamo por teléfono a
su tía Mimi en Inglaterra para saludarla y decirle lo entusiasmado que estaba
con el lanzamiento de su nuevo disco.
Esa fue la última vez que el músico hablaría
con la mujer que lo crio cuando sus padres lo abandonaron cuando tenía apenas
cinco años de edad.
Mimi Smith sobreviviría a su legendario sobrino
más de una década y sus últimas palabras antes de morir, insólitamente fueron “hola John”
Mientras tanto, a la salida del edificio Dakota
Mark David Chapman, Paul Goresh y las fans esperaban atentos.
Sabían que Lennon podría salir en cualquier momento
porque se percibía una actividad poco común en los alrededores del edificio.
A las cuatro de la tarde Sean, el único de los
esposos Lennon, salió del edificio, acompañado de una criada, y rápidamente fue
abordado por Chapman y las dos fanáticas que lograron ver como el futuro
asesino de su padre se reclinaba ante el niño para manifestarle lo mucho que
admiraba a su progenitor.
Este gesto, frio y premeditado de
parte de Chapman, fue objeto de análisis meses después en el juicio que se le
siguió por el homicidio de John Lennon
A las 4 y media de la tarde, Lennon
junto a su esposa Yoko Ono, tomaron una limosina que lo traslado a los estudios
Hit Factory donde lo esperaba el productor Jack Douglas con quien el ex Beatle había
estado trabajando las últimas semanas en la grabación de su ultimo álbum y con
quien tenía pautada una sesión de mezcla del tema “Walking on Thin Ice” de Yoko
Ono.
En ese momento se produce el primer
encuentro entre Lennon y su asesino.
Sonriente, Chapman se acercó al cantante una
copia de su álbum “Double Fantasy” y con un bolígrafo en mano le hizo señas
para que se lo firmara.
Lennon accedio de buena gana y es justamente
en ese momento cuando suena el click
de la cámara del fotógrafo Paul Goresh quien registra para la posteridad la última
foto que se conoce de Lennon autografiándole a su asesino una copia de su disco.
Goresh confesaría luego, que el músico se mostró
algo incómodo con la actitud retraída de Chapman y dijo que después de estampar
su firma en el álbum lo miro fijamente a los ojos y le pregunto “es todo lo que
quieres?”
A las 8 de la noche, mientras Lennon se
encontraba aun ocupado con el productor Jack Douglas en la cabina del estudio Hit
Factory, Paul Goresh se despidió cordialmente de Mark David Chapman en la puerta
principal del edificio Dakota.
Chapman, según explico más tarde, se
encontraba en ese momento enfrentado dos fuerzas, una maligna y una benigna,
que discutían sobre la misión divina de acabar con la vida de Lennon.
Chapman confesaría también que le había rogado
simultáneamente a Dios para que lo ayudara a no dispararle al Beatle y al
diablo para que le diera la fuerza para hacerlo.
Mientras tanto a las 10.30 de la noche,
Lennon satisfecho, abandona los estudios para irse a comer algo con su mujer.
En el trayecto al restaurant la pareja decide
cambiar de planes y regresar a casa para ver a su pequeño hijo Sean.
Ahí, en
la oscuridad de los lúgubres arcos de piedra de las residencias Dakota, donde Román
Polanski filmaria la película de terror “El Bebe de Rosemary” los esperaba Chapman
con su mano derecha reposando en el gatillo de su revólver calibre 38.
A su llegada, como a eso de las 10 y 45 de la
noche, los esposos Lennon, deciden cambiar de rutina y bajarse del carro en una
esquina frente al central park a unos cincuenta metros de la entrada principal
del edificio.
Lennon venia caminando adelante con una cinta
de la canción “Walking on Thin Ice” en
sus manos cuando fue sorprendido por Chapman quien al verlo pasar le susurró en
la espalda “Hey Mr.Lennon”.
Cuando el Beatle volteó, se encontro frente a frente con Mark David Chapman
quien a escasos metros de distancia, con las dos manos en su revólver y en posición
de combate se preparaba a dispararle a quemarropa.
Lennon recibió cuatro impactos de bala una de
las cuales atravesó su pulmón derecho y destruyo una de sus arterias
principales.
Herido de muerte, el músico logro dar seis
pasos para caer tendido en la caseta de vigilancia de las residencias Dakota,
donde el guardia, José Perdomo, se apresuró a apretar el botón de emergencia que
se comunica la policía.
![]() |
Entrada de las Res. Dakota N.Y |
Mientras tanto, Chapman, ajeno a toda aquella
escena horrible, se quitó el abrigo y lo lanzó en la acera junto a el arma
asesina y su copia autografiada del álbum Double Fantasy para luego recostarse en
una de las paredes del edificio a continuar su lectura del libro Catcher In The
Rye como si nada estuviese ocurriendo.
Pocos minutos después llego una patrulla de la
policía con dos agentes quienes rápidamente tomaron control del asunto y
esposaron a Chapman quien, sin mostrar ningún tipo de resistencia, le pidió a
los uniformados “que no le hicieran daño y que estaba muy apenado por causarles tantas molestias”
Mientras todo este trágico episodio ocurría,
Jay Hastings otro de los guardias de seguridad del Dakota, decidio acercarse al
cuerpo ensangrentado de Lennon para darle fuerzas y susurrarle “está bien John, vas a estar bien”.
Minutos después, otra patrulla llego al lugar
con los oficiales Bill Gamble y James Moran quienes al percatarse que sus dos
colegas tenían controlada la situación corrieron a lugar donde yacía Lennon
quien para ese momento era tan solo otra víctima del hampa común.
Gamble, en contra de los deseos deYoko Ono,
volteo el cuerpo de Lennon para poder apreciar la magnitud de las heridas y
entonces, para constatar si estaba consciente,
le pregunto su nombre.
El músico adolorido logro reunir el último
halo de fuerza que le quedaba y respondió “soy John Lennon”. Esas fueron sus últimas
palabras.
El agente comprendió inmediatamente que se
encontraba frente al cuerpo agonizante de una de las estrellas más grandes del
mundo y consciente que el tiempo se le agotaba decidió no esperar la ambulancia
y cargar al ex Beatle a la parte trasera de la patrulla
Durante el trayecto de tres minutos al
hospital Roosevelt de nueva york uno de los efectivos llamo a la sala de
emergencia para que prepararan una camilla.
Lennon llego a la clínica a las 10.50 de la
noche y fue llevado rápidamente a la emergencia donde fue intervenido por un
equipo de siete médicos cirujanos quienes a pesar de todos los esfuerzos no
pudieron salvarle la vida al Beatle quien había perdido más del ochenta por
ciento de su capacidad sanguínea.
John Lennon, uno de los músicos más grandes e
influyentes de la humanidad, fue declarado muerto a las 11.07 de la noche del día
8 de Diciembre de 1980.Tenía 40 años de edad.
La noticia de la muerte de Lennon se
propago con gran rapidez esa noche.
La primicia la dio el comentarista deportivo Howard
Cosell en su programa Monday Night Football.
Inmediatamente después miles de personas,
entre las que se encontraba una prometedora cantante llamada Madonna, se
congregaron en las puertas del edificio Dakota mientras una desconsolada Yoko Ono, incrédula ante el horror
vivido, lloraba y se lamentaba en la sala de espera del hospital y se resistía
creer que su esposo estuviese muerto.
En la caseta de vigilancia de las residencias Dakota,
José Perdomo y Jay Hasting recolectaban en una bolsa los objetos que dejo caer
el músico cuando cayó herido de muerte entre los que se encontraban la cinta
original de la canción “Walking On Thin Ice” y unos lentes con los vidrios
quebrados y ensangrentados, cuya imagen terrible y absurda, utilizaría Yoko meses
después para la adornar la portada de su siguiente disco llamado “Season of Glasses”
El 8 de diciembre el mundo pareció
detenerse.
Mientras la noticia de la muerte de Lennon se
propagaba a través de los medios noticiosos internacionales, de regreso a su apartamento,
Yoko Ono, hizo tres llamadas internacionales; una a la tía Mimi Smith, otra a Neil
Aspinall Director de Apple Records y la última a Paul McCartney.
El cuerpo sin vida de John Lennon fue cremado
en el Hartsdale Crematorium de Nueva York. Unos empleados de la morgue
cometieron el atroz gesto de vender tres
fotos de su cadáver a un periódico por 10.000 dólares cada una.
Su muerte trascendió todas las fronteras y fue
objeto de mención por parte de estadistas, músicos, jefes de estado de todo el
planeta quienes lamentaron profundamente su deceso.
En los EEUU todas las banderas del país fueron
izadas a media asta en señal de duelo mientras que en Inglaterra reinaba una
sombra de confusión y tristeza.
Aquella noche en Nueva York comenzó a nevar tímidamente
y en una juguetería, a pocas cuadras del edifico donde vivía Lennon, se formó
una capa de hielo que fue aprovechada por un transeúnte para escribir en la vitrina
“te echaremos de menos John””
Y es que definitivamente ese día, como escribió
una vez el periodista Ray Coleman en su biografía de Lennon, “una pequeña luz
se apagó para siempre pero su espíritu y música brillaran por siempre””
Existe una sombra de misterio en la
vida de Lennon en torno al número 9 del cual el músico no era del todo ajeno
John Lennon nació el 9 de octubre de 1940 en
la ciudad Liverpool que tiene nueva letras y vivía en el número 9 de Newcastle Road
con sus padres.
Su hijo Sean, nació el mismo día pero en 1975.
Brian Epstein vio a los Beatles por
primera vez el 9 de Noviembre de 1961 y aseguro su contrato disquero con el
sello EMI el 9 de mayo de 1962.
El primer sencillo del cuarteto, Love Me Do,
fue editado bajo las siglas R4949.
Los Beatles tocaron por primera vez en el Cavern
Club de Liverpool el 9 de Febrero de 1960
Lennon viajaba todos los días a su colegio en
el autobús número 72 de Liverpool cuyos dígitos sumados arrojan el número 9.
Una de las primeras canciones que
compuso junto a Paul McCartney la llamaron “uno después del nueve cero nueve” y
la escribieron en un apartamento donde vivía Lennon con Stuart Sutcliffe
ubicado en el número 126 de la calle panorama de Liverpool cuyas cifras sumadas
también arrojan el número 9.
Por su parte el apellido McCartney, con quien Lennon
compartiría prácticamente éxito tiene
de nueve letras.
Los Beatles hicieron su debut en el show de Ed
Sullivan el 9 de febrero de 1964
Lennon conoció a Yoko Ono el 9 de Noviembre de
1966 y el edificio Dakota donde Vivian, queda en la calle 72 West de Nueva York
cifras éstas que sumadas también dan el número 9.
Antes de mudarse a nueva york, Lennon le vendió
su casa en Inglaterra a Ringo el 9 de septiembre de 1973.
Cuando murió en manos de un psicópata a las
10.59 de la noche del 8 de diciembre de 1980 en Nueva York, las cinco horas de
diferencia con Inglaterra hacían ver que su muerte se produjo la mañana del 9
de diciembre.
Su cuerpo fue llevado al hospital Roosevelt
de Nueva York que queda en la avenida número nueve de manhattan donde murió
Para finalizar este breve recuento de
aquel trágico día solo nos basta recordar unas palabras que pronuncio Lennon
poco antes de morir cuando dijo: “no le temo a la muerte porque no creo en
ella, en realidad la veo más como salir de un carro para entrar en otro”
Comentarios
Publicar un comentario