
Los derechos de las canciones de los Beatles regresaran nuevamente a Lennon y McCartney dentro de diez años. De esta manera terminará para siempre la antigua disputa que tenían McCartney y Michael Jackson, cuando en 1983 el autoproclamado rey del pop, a espaldas del ex Beatle, con quien acababa de editar un sencillo llamado “The Girl is Mine”, compró el catalogo de canciones por cincuenta millones de dólares.
McCartney, quien en todo este período ha admitido lo mucho que le molesta tener que pagarle a Jackson cada vez que canta sus propias canciones, dijo que “no sabia que con el pasar del tiempo las canciones volverán a él sin necesidad de juicios y demandas”.
Lennon y McCartney perdieron los derechos de sus canciones cuando a finales de los sesenta, su publicista Dick James, vendió su participación accionaria de la empresa Northen Songs que era la propietaria del catalogo.
Desde ese entonces McCartney se ha dado a la tarea de recuperar sus canciones pero recibió una trastada en 1983 cuando Jackson se le adelantó. Actualmente las canciones de Lennon y McCartney tiene un valor de seiscientos millones de dólares y Jackson las entregó en garantía al sello SONY a inicios de la década pasada para recibir un préstamo millonario para mejorar las Bienechurias de su rancho de Neverland.
McCartney, quien en todo este período ha admitido lo mucho que le molesta tener que pagarle a Jackson cada vez que canta sus propias canciones, dijo que “no sabia que con el pasar del tiempo las canciones volverán a él sin necesidad de juicios y demandas”.
Lennon y McCartney perdieron los derechos de sus canciones cuando a finales de los sesenta, su publicista Dick James, vendió su participación accionaria de la empresa Northen Songs que era la propietaria del catalogo.
Desde ese entonces McCartney se ha dado a la tarea de recuperar sus canciones pero recibió una trastada en 1983 cuando Jackson se le adelantó. Actualmente las canciones de Lennon y McCartney tiene un valor de seiscientos millones de dólares y Jackson las entregó en garantía al sello SONY a inicios de la década pasada para recibir un préstamo millonario para mejorar las Bienechurias de su rancho de Neverland.
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