
La semana pasada, para ser mas exactos el seis de julio, se cumplieron cincuenta años del primer encuentro entre John Lennon y Paul McCartney que cambiaria para siempre el rumbo de la música contemporánea.
Lennon se estaba presentando con su conjunto musical, los Quarrymen, en una verbena en los alrededores de una iglesia en Woolton, Liverpool cuando capto la atención de un muchacho de catorce años llamado Paul McCartney que había sido invitado al lugar por un amigo común llamado Ivan Vaughan. El encuentro se produjo minutos después, durante uno de los descansos del grupo, en la capilla de la iglesia de Saint Peter.
Lennon, según cuenta Paul McCartney, estaba algo tomado y se mostraba indiferente con él hasta que lo escucho interpretar el tema “Twenty Flight Rock” de Eddie Cochran.
Este primer encuentro supuso un reto para Lennon quien comprendió inmediatamente los beneficios podría acarrearle a su grupo la incorporación de McCartney
La tarea de invitar a McCartney recayó en un amigo de Lennon, llamado Peter Shotton, quien dos semanas después, por casualidad, se encontró a McCartney montando bicicleta en los alrededores. Lennon y McCartney se hicieron inseparables y desde muy temprano comenzaron a escribir canciones muy al estilo de su ídolo, el desaparecido Buddy Holly.
Sus personalidades, aunque completamente opuestas, se complementaban y juntos delinearon la dirección que tomaría el mundo del entretenimiento en los siguientes años.
Lennon se estaba presentando con su conjunto musical, los Quarrymen, en una verbena en los alrededores de una iglesia en Woolton, Liverpool cuando capto la atención de un muchacho de catorce años llamado Paul McCartney que había sido invitado al lugar por un amigo común llamado Ivan Vaughan. El encuentro se produjo minutos después, durante uno de los descansos del grupo, en la capilla de la iglesia de Saint Peter.
Lennon, según cuenta Paul McCartney, estaba algo tomado y se mostraba indiferente con él hasta que lo escucho interpretar el tema “Twenty Flight Rock” de Eddie Cochran.
Este primer encuentro supuso un reto para Lennon quien comprendió inmediatamente los beneficios podría acarrearle a su grupo la incorporación de McCartney
La tarea de invitar a McCartney recayó en un amigo de Lennon, llamado Peter Shotton, quien dos semanas después, por casualidad, se encontró a McCartney montando bicicleta en los alrededores. Lennon y McCartney se hicieron inseparables y desde muy temprano comenzaron a escribir canciones muy al estilo de su ídolo, el desaparecido Buddy Holly.
Sus personalidades, aunque completamente opuestas, se complementaban y juntos delinearon la dirección que tomaría el mundo del entretenimiento en los siguientes años.
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