Una serie de contratos firmados por Paul McCartney y John Lennon en la década de los setenta, son actualmente exhibidos en el “Beatles Story Museum” de Liverpool.
Los documentos son básicamente acuerdos legales y disputas contractuales como cuando Lennon actuó judicialmente contra la empresa Northen Song y la editora musical Maclen, para que lo autorizaran a trabajar y escribir canciones con terceras personas como hizo a inicios de 1971 para poder componer sin impedimentos legales con su esposa Yoko Ono.
También es expuesto, en uno de los salones del “Beatles Story Museum”, el acuerdo suscrito entre Paul McCartney y la compañía cinematográfica United Artist para la distribución de las regalías de su canción “Live and Let Die” que en 1974 se convirtió en el primer tema de la serie de “James Bond” en ser nominada a un Oscar de la academia después de encabezar los primeros lugares de las carteleras musicales en ambos lados del atlántico.
El museo exhibe también algunos documentos pertinentes a la controversial batalla que protagonizaron Paul McCartney y Michael Jackson por el control del catalogo de canciones de los Beatles en la década de los ochenta.
Los documentos son básicamente acuerdos legales y disputas contractuales como cuando Lennon actuó judicialmente contra la empresa Northen Song y la editora musical Maclen, para que lo autorizaran a trabajar y escribir canciones con terceras personas como hizo a inicios de 1971 para poder componer sin impedimentos legales con su esposa Yoko Ono.
También es expuesto, en uno de los salones del “Beatles Story Museum”, el acuerdo suscrito entre Paul McCartney y la compañía cinematográfica United Artist para la distribución de las regalías de su canción “Live and Let Die” que en 1974 se convirtió en el primer tema de la serie de “James Bond” en ser nominada a un Oscar de la academia después de encabezar los primeros lugares de las carteleras musicales en ambos lados del atlántico.
El museo exhibe también algunos documentos pertinentes a la controversial batalla que protagonizaron Paul McCartney y Michael Jackson por el control del catalogo de canciones de los Beatles en la década de los ochenta.
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