Paul
McCartney cerró con broche de oro las celebraciones del sesenta aniversario de
la Reina Isabel II en el palacio de Buckingham el pasado cuatro de junio.
El ex Beatle canto cinco canciones entre las
que sobresalió una apoteósica interpretación de “Live and Let Die”, de la película
de James Bond, cargada de fuegos artificiales y pirotécnicos, que literalmente hizo
delirar a las más de quince mil personas que se congregaron en el lugar.
Miles de banderas británicas salieron a
relucir en los jardines del palacio cuando McCartney se acerco al micrófono
para entonar a todo pulmón “All my Loving”, acompañado de su famoso bajo en
forma de violín, que en esta ocasión lucia los colores de la bandera británica,
para celebrar por todo lo alto el histórico evento.
Para
finalizar su actuación en el palacio, McCartney estuvo acompañado del resto de
los artistas que actuaron esa noche, entre los que figuraron leyendas de la música
como Stevie Wonder, Annie Lennox, Cliff Richards y Elton John, para corear ese
viejo clásico de los Beatles, como es “O Bla Di Obla Da”, que fue recibida de
buena gana por todos los asistentes incluida, por supuesto la Reina, su hijo,
el príncipe Carlos y sus nietos William y Harry quienes disfrutaron toda la actuación
desde el palco real.
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