Paul
McCartney domina el primer lugar de una lista con “los diez bajistas más ricos
del mundo” que publico recientemente la página www.therichest.com especializada
en estos asuntos mundanos.
La
fortuna del ex Beatle, valorada en un poco más de un billón de dólares, supera
con creces la de los siguientes cuatro bajistas combinadas que no son otros que
Sting, del grupo Police, Genne Simmons de Kiss, Roger Waters de Pink Floyd y Adam
Clayton.
Cabe recordar que hace pocas semanas Sting sorprendió
a más de uno cuando revelo que “no tenía planeado legarle su basta fortuna, de más
de trescientos millones de dólares, a ninguno de sus seis hijos para que
entendieran el valor del dinero y del trabajo duro”.
También figuran en esta lista los nombres de John
Paul Jones del Led Zeppelin, “Flea” de Red Hot Chilli Pepper y Krist Novoselic
de Nirvana con una fortuna cercana a los cincuenta millones de dólares.
En sus inicios con los Beatles, Paul McCartney
siempre soñó con ser un guitarrista y jamás toco un bajo hasta la salida
intempestiva de Stuart Sutcliffe de la banda.
Inmediatamente después compro un bajo Hofner,
por sesenta marcos alemanes, barato incluso para los parámetros de la época,
porque su aspecto, en forma de violín, se ajustaba perfectamente con su condición
de zurdo en el escenario.
Con este bajo, McCartney se haría mundialmente
famoso y actualmente es uno de los instrumentos más emblemáticos en sus
conciertos por la nostalgia que representa.
Recientemente,
en una entrevista aparecida en su página oficial, el músico admitió que la canción
que más le había costado tocar en el bajo era “Day Tripper” no solo por lo
complicado de su línea melódica sino porque era muy difícil de cantarla a la
vez.
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