Como
un acto de “verdadera ironía” denominaron los medios internacionales el hecho
que un árbol plantado en tributo a George Harrison haya sido destruido por “un
ataque de escarabajos”, del inglés “Beetles”, donde proviene el origen del
nombre del mítico cuarteto de Liverpool.
El pino, plantado en 2004, en el Griffith Park
de los Ángeles, tenía más de diez metros de altura y contaba con una placa
dedicatoria con las siguientes palabras: “en memoria a un gran filántropo que
conmovió al mundo como artista, músico y jardinero”
La placa cuenta también con una cita que
Harrison solía repetir del guía espiritual Mahareshi Mageshi Yogui que rezaba
“para que el bosque se vea verde, cada árbol debe ser verde”.
Lamentablemente el ataque de los insectos fue
fulminante y lo único que queda ahora es la placa por lo que el concejal de la
ciudad, Tom Labomge, prometió plantar otro árbol en memoria del guitarrista.
Después de la separación de los Beatles en
1970, George Harrison se dedicó por entero a la jardinería y mantenía el mismo,
con la ayuda de sus hermanos, los vastos jardines que rodeaban su mansión de
Friar Park en las afueras de Londres.
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