
A pesar de que los boletos para asistir al concierto eran notoriamente elevados, el salón se vio copado por personas de todas las edades que lucían camisas alegóricas al baterista, los Beatles y hasta Paul McCartney!.
El show no estuvo exento de sorpresas ya que al final del espectáculo un muchacho logro traspasar el cordón de seguridad del recinto para abrazar a su ídolo, pero fue rápidamente neutralizado y expulsado del lugar por los funcionarios.
Durante la interpretación de la canción “Yellow Submarine”, el público presente arrojo al cielo una cantidad de globos amarillos e incluso algunos sacaron a relucir pancartas con el símbolo de la “V” de victoria que tanto utiliza Ringo en sus presentaciones públicas.
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