
Hace algunos meses, el ex Beatle anuncio que grabaría
una selección de temas de clásicos de los años cuarenta y cincuenta del siglo
pasado aclarando que no lo había hecho
antes para no competir con su par, Rod Stewart, y otros artistas de la talla de
Michael Bubblé que han venido haciendo lo mismo en estos últimos años.
El resultado de este esfuerzo es el disco “Kisses
on the Bottom” su decimo sexto larga duración de estudio desde la separación de
los Beatles en 1970.
Producido por Tommy Lipuma, un experimentado
productor norteamericano que ha compartido créditos con una verdadera constelación
de músicos de jazz como Miles Davies, George Benson, Al Jarreau, Michael Franks
y Natalie Cole, sólo por nombrar algunos, “Kisses on the Bottom” vio la luz pública
el pasado 7 de febrero bajo el sello “Hear Music”.
Descrito por el propio McCartney como “un álbum
muy tierno e intimo, ideal para escuchar en casa después del trabajo acompañado
de una copa de vino o un café”, esta nueva producción discográfica del ex Beatle
pretende rendir tributo a las canciones y los artistas que su padre, Jim McCartney,
solía interpretar en el piano de su casa durante su adolescencia.
El disco ha sido recibido de forma ambivalente
por los viejos seguidores de McCartney, confundidos con el material, en
ocasiones muy distante para su gusto, sin saber que a inicios de la década de
los setenta su compañero Ringo Starr hizo lo propio, publicando un disco
completo de “clásicos” de la música, con el título de “Sentimental Journey”,
muy similar a esta obra que hoy nos presenta Paul McCartney.
Grabado entre los Ángeles, Nueva York y Londres
“Kisses on the Bottom” está integrado por catorce temas de los cuales solo dos
fueron compuestos por McCartney: “Only our Hearts” y “My Valentine”.
Este último, que cuenta con la participación
estelar de Eric Clapton, fue seleccionado como primer sencillo promocional del
disco.
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